Mucho se ha hablado y escrito sobre si el líder nace o se hace, y probablemente no hay una respuesta definitiva a esta pregunta. Contar con ciertas cualidades innatas como el carisma o la inteligencia ayudará sin duda a quién tenga la voluntad de desarrollarse como líder, pero el liderazgo es una elección. Invertir en el propio desarrollo es clave, ya que nadie nace siendo líder al 100%, como tampoco lo hacen otros que algún día llegan a ser futbolistas, artistas o empresarios.